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miércoles, 20 de febrero de 2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

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INTRODUCCIÓN

En este Blogg os rencontrareis con vuestros orígenes, pues va dirigidos a todos vosostros que formais parte de mi FAMILIA.

Es el resultado de un largo proceso de investigación genealógica que comenzó hace ya bastantes años, aunque se concretó de forma escrita tan solo hace tres. Este proceso sigue abierto y por ello puede sufrir cambios y modificaciones, lo cual es siempre enriquecedor y necesario. No es todavía hoy una genealogía definitiva, pues pienso seguir retrocediendo hasta donde me permitan las fuentes documentales, esos viejos papeles rancios y polvorientos a los que recurro constantemente en mis investigaciones históricas. Solo la inexistencia de las mismas puede poner freno a esta emocionante y apasionada investigación.

Me gustaría que todos aquellos que os acerqueis a este trabajo lo considerarais como un regalo que yo os hago. Leedlo con paciencia y cariño, aquí hablamos de quienes nos precedieron y a ellos les debemos todo lo que somos hoy. En definitiva, pretendo que conozcais algo muy valioso que el olvido, la falta de interés por el pasado y el inexorable paso del tiempo, ese gran "devorador de la memoria" han intentado borrar.

Hoy por fin, despues de muchos años de ignorancia sobre nuestro pasado, tenemos la suerte de conocer nuestra historia familiar y poder darla a conocer a nuestros hijos para que ellos, si lo desean, la continuen escribiendo.

En la genealogía que aquí os presento podemos retroceder hasta el último tercio del XVII de generación en generación.- Os aseguro que esto es todo un logro, sobretodo si tenemos en cuenta que se trata de una genealogía valenciana. Valencia fue una región tremendamente castigada por las hordas revolucionarias del 36, eso aparte de los estragos y desmanes que causaron las tropas napoleónicas durante la Guerra de Independencia (1808-1814) o los saqueos y destrucciones que se cometieron durante el desarrollo de otros capitulos bélicos de la Historia de nuestro país, tales como los que se produjeron durante la Guerra de Sucesión; y aquellos que se debieron a las revueltas campesinas y/o urbanas, padecidas a lo largo de los dos últimos siglos. Todo ello ha contribuido sobremanera a la destrucción casi total del patrimonio artístico eclesiástico y por supuesto de su patrimonio documental. Se han perdido y para siempre, los Libros Sacramentales de un gran número parroquias valencianas: de las trece parroquias intramuros de la capital solo San Esteban ha conservado su archivo.

El daño causado en el pasado hoy es irreparable; por ello la investigación genealógica con estas lagunas se hace harto difícil, a veces imposible. No es de extrañar que la mayoría de las genealogías valencianas no rebasen el siglo XVIII. Por todo ello debemos sentirnos muy afortunados.

Espero que os guste este experimento genealógico publicado en Internet.

Reunión en Madrid.

Reunión en Madrid.
Primera Quedada. Madrid, otoño del 2006

Plano de l´Horta de Valencia (siglo XVII)

Plano de l´Horta de Valencia (siglo XVII)
Localización de la Alquería de Carbonell (Benicalap)

DE COMO CUANDO Y PORQUÉ MUESTRA FAMILIA DEJÓ VALENCIA Y SE INSTALÓ EN MADRID

NUESTROS CARBONELL DE LOS SIGLOS XIX y XX
Alguien podría pensar que esta manera de acercaros a nuestra genealogía sería como empezar la casa por el tejado, pero no es así... Dejadme que partamos de un momento concreto situado en el último tercio del siglo XIX para que os pueda presentar a nuestra familia Carbonell valenciana emigrada a Madrid y a sus descendientes más próximos. Me consta que algunos de vosotros (los más mayores) habéis tenido la suerte de conocer a más de un "abuelito-a", pero la mayoría de la familia actual no; ya que o no estabais aquí todavía o bien erais tan pequeños que no guardáis ningún recuerdo de ellos. De esta manera pretendo que todos os ubiquéis un poco, para ello lo mejor es que vayamos de lo más reciente, y por tanto conocido, hasta lo más remoto o desconocido. La familia Carbonell había vivido en Valencia durante siglos. Concretamente eran originarios de un lugar de la Huerta Valenciana llamado Benicalap, un pueblecito típico valenciano extramuros de Valencia capital, con sus barracas y alquerías, sin parroquia propia se le asignó la de San Bartolomé. Estaba y está muy próximo a Burjassot, el Borbotó, Benimamet, Beniferri y otros lugares típicos de esta zona conocida como L´Horta (la Huerta). Nuestra familia vivía allí desde siempre y eran "llauradors (labradores, huertanos u hortelanos). Tenían allí sus tierras y cultivos, sus barracas y sus raíces; hasta que decidieron vivir en Valencia capital. Este hecho se debió fundamentalmente a un cambio en "la política de matrimonios" de nuestros antepasados varones, pues en un momento dado de nuestra historia, dejaron de emparentar con parroquianas y habitadoras de San Berthomeu (Benicalap) y de Burjassot (Sant Miquel) para hacerlo con valencianas de la capital, feligresas de Los Santos Juanes, Santa Cruz o San Nicolás. De tal forma, el padre de nuestro tatarabuelo paterno (Antonio Carbonell Alonso), llamado Antonio Carbonell Real ya vivía en la capital valenciana y no en la Huerta, se casó allí; su mujer nuestra pentabuela, Rosa Alonso Zamorano, quien curiosamente era de Burjassot, no se casó en su pueblo sino en Valencia, rompiendo así una tradición centenaria; y bautizaron en San Nicolás de Valencia a su hijo Antonio Nicolás. Pasaron de Benicalap a Valencia en el transcurso de una generación y a partir de aquí se abrió la puerta al cambio, pues se abandona definitivamente la actividad agraria, como veremos a continuación, centrandonos en "la vida y obra" de Antonio Carbonell Alonso, nuestro querido cuarto abuelo (padre del tatarabuelo Antonio.) Si habeis contado bien os tienen que salir tres Antonios correlativos, a saber: Antonio Carbonell Real, padre de Antonio Carbonell Alonso y abuelo del otro Antonio, Antonio Juan Carbonell Ribera, nuestro tatarabuelo paterno. Permitidme que os presente al padre del tatarabuelo Antonio. Se llamó Antonio Nicolás Carbonell Alonso y curiosamente es de quien más documentos he recopilado. Vamos a utilizar su partida de Bautismo para contaros algunas cosas. Nació a las cuatro de la mañana del día 23 de diciembre del revolucionario año de 1836. Fue hijo de Antonio Carbonell Real, natural de la Parroquia de San Bartolomé (Benicalap) y de Rosa Alonso Zamorano, natural de Burjassot. Estos se casaron, como así se indica en la partida, en la Parroquia de Santa Cruz. Desgraciadamente no podemos consultar allí ningún documento porque, como en el resto de las iglesias de la capital valenciana a excepción de la de San Esteban, sus Libros Sacramentales fueron destruidos, léase quemados, en 1936. Los abuelos paternos de Antonio fueron Francisco Carbonell (ya difunto cuando nació su nieto) y Vicenta Real, ambos naturales de Benicalap y parroquianos de San Bartolomé. Los abuelos maternos fueron Vicente Alonso (difunto en Burjassot) miembro de una familia de gran solera en dicho lugar de la Huerta y Francisca Zamorano, viuda que vivía por aquel entonces en Santa Cruz con su hija Rosa, aunque también visitaba por temporadas al resto de su familia, los Zamorano de Burjassot. Antonio Nicolás fue bautizado el mismo día en que vino al mundo, en la Iglesia Parroquial de San Pedro Mártir y San Nicolás Obispo, de ahí su segundo nombre de pila. Su infancia transcurrió entre Valencia y Burjassot, el pueblo de su madre muy próximo a la capital, donde vivía el resto de su familia materna (abuelos, tios y primos) y también algunos descendientes de varios Carbonell que habían emparentado desde hacía casi un siglo con algunas familias de dicho lugar (tíos y primos lejanos y no tan lejanos de Antonio). El hogar paterno se encontraba en la calle de la Muela. Lo cierto es que aquí, en Valencia capital, va a tener lugar un cambio importante en la actividad profesional de nuestros Carbonell. Todos los antecesores de Antonio Nicolás eran habitadores de Benicalap y en este pueblo la actividad económica dominante era la agricultura. Todos sus antepasados -y por ende los nuestros- trabajaban sus huertas y vivían en barracas o alquerías, de todo ello tenemos sobradas noticias. Pero con Antonio se rompe esta tradición. El extracto del certificado de nacimiento de su hijo (nuestro bisabuelo) Antonio Juan Carbonell Ribera, obtenido del Libro de Nacidos en la Ciudad de Valencia de 1861, nos ofrece un dato importante: Su padre o sea, el bueno de Antonio Nicolás era carpintero, por tanto pertenecía a un gremio artesano o "industrial". La agricultura pues se abandonará definitivamente y lo más importante, de niño, Antonio tuvo que aprender el oficio desde aprendiz hasta alcanzar la maestría u oficialidad. Esto quiere decir que fue puesto al cuidado de otra persona, posiblemente del ámbito familiar o perteneciente al reducido círculo de conocidos de Valencia, para darle una formación apropiada, práctica que por aquellos años era de lo más común. Después de este periodo inicial debió de pertenecer al gremio de carpinteros, tan importante en la Ciudad de Valencia. Como oficial o maestro carpintero debe de haber registro suyo en la documentación del Gremio de Carpinteros que se conserva en el Archivo del Reino de Valencia... El caso es que se dedicó a esta profesión durante sus años de juventud y los primeros quince años de casado, pero algo debió de ocurrir en su vida porque a partir de la década de los 70, Antonio Nicolás Carbonell Alonso se va a convertir en aspirante a Oficial de Correos. Ingresará en este Cuerpo estatal y dedicará el resto de su vida profesional (hasta 1910) a este trabajo. Esta ocupación laboral explica la llegada de los Carbonell a Madrid. Prestó servicios en Correos y Telégrafos un total de 20 años, 11 meses y seis días y durante todo este tiempo Antonio y su familia vivió entre Madrid y Valencia.

Este cómputo de años sumado a los que empleó en el servicio militar le permitieron cobrar posteriormente una pensión normalita de 800 pesetas anuales. Pensión que disfrutó tan solo durante 5 años porque nuestro Antonio Nicolás Carbonell Alonso murió en 1915 en Valencia capital. El expediente laboral de nuestro cuarto abuelo es una fuente de revelaciones importante sobre dónde y cómo vivieron nuestros Carbonell valencianos emigrados a esta Corte. Según este documento, nuestro trastarabuelo Antonio tomó posesión de su cargo de aspirante de 1ª clase a Oficial de Correos, desempeñando tareas de ayudante de la estafeta ambulante en la línea ferroviaria de Madrid-Talavera de la Reina, el día 23 de agosto de 1876. Este fue su primer servicio y por estas fechas estaba empadronado en Madrid en el Distrito del Hospital, según su cédula personal nº 6111.

Un año después en 8 de abril de 1877 cambió de destino, aunque no de categoría, y cubrió la línea llamada del Mediterráneo. Este destino lo mantuvo hasta el 2 de julio de 1881. Durante este periodo vivió en Madrid en el Distrito del Hospicio según su cédula nº 2832. De 1884 a 1886, tras haber cesado, siguió en aquel mismo destino. En marzo de 1886 comenzó a trabajar en la línea Madrid- Valencia, lo cual le permitió visitar a sus familiares que habían quedado en Valencia, si bien cabe decir que él se trajo a Madrid, en cuanto pudo, a su mujer e hijos. Por aquellas mismas fechas su hijo Antonio Carbonell Ribera, nuestro tatarabuelo, ya llevaba unos años viviendo con sus padres en Madrid, y pronto se casó con una madrileña de adopción también de madre valenciana, llamada Magdalena Pardo Montolio, nuestra tatarabuela.

Un año después, el 25 de julio de 1887 nacería nuestro bisabuelo Jaime Domingo en su domicilio de la calle de Arlabán. En este mismo año ingresa con carácter provisional como oficial de 5ª clase de Administración Civil como Escribiente de la de Segundos de este Ministerio con un buen sueldo anual de 1500 pesetas de la época. Lástima que esto durara poco, solo un año, de marzo de 1886 a marzo de 1887, momento en que de nuevo se convierte en cesante, arquetipo social, propio del funcionariado del último tercio del XIX .

En junio de 1887 vuelve a la línea del Ferrocarril del Mediterráneo (Madrid - Cartagena) y en 1891 pasó a la línea de Valencia (servicio mixto). Después llegó un ascenso extraordinario promovido por la Reina María Cristina Regente del Reino, quien tuvo a bien "promover a oficial de 4ª clase del Cuerpo de Correos en turno primero y con una concesión anual de 2000 pesetas" a nuestro tras-tatarabuelo Antonio. Ya hasta el final de su vida laboral, o sea hasta el 23 de febrero de 1910, conservó aquella categoría y sueldo. Resumiendo, gracias a nuestro cuarto abuelo la familia vino a vivir a Madrid y aquí echaron nuevas raíces, pues ya somos 4 generaciones de Carbonell nacidos en la capital de España.

Seguidamente os presentaré a vuestros tatarabuelos y bisabuelos paternos: Como ya dije anteriormente nuestro tatarabuelo se llamaba Antonio Juan Carbonell Ribera. Nació en Valencia en la calle de la Muela, en el Distrito del Mercado, barrio 7º; el 3 de enero de 1861. Fue bautizado en la monumental Iglesia de Los Santos Juanes de Valencia por ese motivo se llamó Antonio Juan. A día de hoy desconozco si tuvo más hermanos-as, pero es muy probable que así fuera. Muy pronto lo sabremos porque estoy esperando unos documentos que van a arrojar luz sobre este asunto. Lo que si os puedo contar son los datos que recoge el Padrón de Valencia de 1864 sobre los habitantes de aquella casa, situada en el nº 9 de la calle de La Muela, donde nació nuestro tatarabuelo y así de paso conoceréis al resto de su familia. Su padre tenía 24 años cuando nació el tatarabuelo Antonio que como dijimos antes era carpintero y no le debían de ir mal las cosas porque en aquella casa tenían sirvienta. La madre del tatarabuelo se llamó Dolores Ribera García y tenía 21 años cuando tuvo a su primer hijo, una edad muy normal en aquella época para ser madre, pues las mujeres se casaban en torno a los 20 años. En 1864, Antonio y Dolores vivían en aquella casa con la hermana pequeña de la tatarabuela Lola que se llamaba Antonia. Además vivía con ellos la sirvienta que antes mencioné, una mujer joven llamada Dolores Llopis Ortiró que tenía por aquel entonces 23 años. En esta casa vivió nuestro tatarabuelo toda su infancia hasta que la familia se trasladó a Madrid entre 1876 y 1877.

Sobre la profesión del tatarabuelo Antonio, los padrones que he podido consultar coinciden en que era cochero, profesión que casualmente, en aquel Madrid castizo que les tocó vivir, era típica de valencianos. De cómo y porqué se dedicó a esta profesión y no a otra desconozco las razones, aunque recuerdo que la abuela me dijo que el negocio de los "simones" podría pertenecer a la familia de la que sería su mujer, la tatarabuela Magdalena... no obstante, quien figura como titular del negocio es él tatarabuelo. Esto fue así hasta el momento de su muerte porque después, quien aparece en la documentación municipal como industrial y propietaria de las cocheras, sitas en la calle Sagunto nº 4, es la tatarabuela Magdalena. Este oficio se mantuvo en la familia durante la siguiente generación, hasta que el metro y el tranvía eléctrico marcaron el ocaso del transporte urbano de tracción animal, allá por los años veinte del siglo pasado. A partir de entonces hubo que inventar nuevas estrategias de supervivencia. Pero mejor no adelantemos acontecimientos.

Vamos a hablar seguidamente de la familia de nuestros tatarabuelos o sea de su descendencia. Antonio Carbonell Ribera y Magdalena Pardo Montolio tuvieron, al menos que yo conozca -porque pudo haber algún aborto o niño mal logrado-un total de seis hijos que se llamaban: Jaime Domingo( 25/07/1887), Dolores (Lola) (08/04/1891), Joaquín (30/10/1892), Juanita (08/0171895), Antonio ( 11/10/ 1897) e Isabel (26/06/1900). Todos naturalmente, Carbonell Pardo, de apellido; y todos, a excepción de Isabelita que fue valenciana, nacieron en Madrid. El mayor de los hermanos fue nuestro bisabuelo Jaime y de él conocemos bastantes cosas. Nació en julio de 1887 en la madrileña calle de Arlaban numero 3; en el barrio del Congreso muy cerca de la calle Alcalá, donde la familia vivirá años más tarde; concretamente se trasladaron al nº23, tercer piso, de la susodicha calle. Aquí nacieron tres de los hermanos del bisabuelo: Joaquín, Antonio y Juanita En la casa de la calle Arlabán nacieron Jaime Domingo y Lola. El bisabuelo Jaime Domingo, como el resto de sus hermanos varones, fueron cocheros; esto es: trabajaba en la empresa de sus padres que estaba situada en el nº 4 de la calle Sagunto, en pleno barrio de Chamberí. Curiosamente aquellas cocheras donde se guardaban los simones (coches de caballos) hoy son un taller mecánico. La casa donde se encuentra el local es sin lugar a dudas la más bonita de la calle Sagunto. Luce una preciosa fachada de aquellas que se hacían a finales del XIX y principios del XX de estilo "modernista". Relativamente cerca a este inmueble, en la desaparecida calle de Arango nº 10, vivía con su madre (Lucía Sútil Escribano) la que después sería su mujer y nuestra bisabuela: María Luisa Diviñó Sútil, "la abuela María Luisa," como la llamábamos todos.

La faceta humana y personal de Luis Octavio Diviñó

Pasaremos ahora a hablar de la dimensión personal del tatarabuelo Octavio y para ello, como no podría ser de otra manera, seguiré las informaciones orales que en su día me ofrecieron la abuela Ita y la tía Magdalena (nieta de Luis Octavio); sin olvidar las ultimas novedades.

El tatarabuelo nació en julio de 1870 en Pinar del Río, Cuba. Era hijo de Luis Diviñó y Enma Desbordes, un matrimonio criollo de colonos, que poseía varias plantaciones de café y azúcar y pertenecían pues, a la clase dirigente de Cuba, gracias a su condición de hacendados y a su elevada cultura.

Es muy posible que nuestro tatarabuelo siguiera los pasos de su padre en la Magistratura cubana, pues, como ya sabéis, precisamente dedicó su vida a la abogacía en su más elevado estadio.

De su madre, Emma Desbordes no puedo contar nada o casi nada por el momento, pues de la familia actual, lamentablemente nadie la recuerda hoy. No obstante, os daré un dato curioso respecto a los apellidos de nuestros trastatarabuelos cubanos: Ambos son de origen francés, algo nada extraño ya que a Cuba llegaron no pocas familias francesas a lo largo del siglo XVIII y XIX.

Existen en "la Red" varios listados muy interesantes de propietarios y colonos franceses afincados en la isla de Cuba.

A través de estas relaciones comprobamos que la nómina es lo bastante extensa como para concluir que la aportación demográfica gala en esta isla fue muy significativa.

Curiosamente los dos apellidos en cuestión: Diviñó y Desbordes son toponímicos. En el caso del apellido "Diviñó" todo apunta a que es una castellanización de "Du Vigneau" que quiere decir: "del viñedo"; aunque también puede indicar una procedencia o lugar bien conocido en Francia perteneciente a la Provenza Alpina.

Por otro lado, el apellido "Desbordes" es un apellido bastante común en Francia y hace también referencia geográfica aludiendo a un "límite" o "frontera", pues todo parece indicar que proviene de la unión de dos palabras: "des" (artículo) y "bordes" (sustantivo) o sea, "los bordes"o límites. Tambien puede proceder directamente de su forma latina para indicar "fuera de los límites", esto es: "desbordado". -Disculpad esta disertación etimológica y volvamos al tatarabuelo Octavio.

Según parece desde muy niño mostró una clara inclinación por el estudio y la cultura en general. Sintió siempre una gran admiración y cariño hacia su padre a quien dedicó su polémica tesis doctoral, defendida, como se dijo antes, con denodada valentía en un momento crítico para España.

Fue un estudiante brillante ya antes de incorporarse al mundo universitario de la metrópoli española. Según las informaciones proporcionadas por la Universidad de la Habana, Luis Octavio comenzó sus estudios preuniversitarios allá por 1884, después de esta fecha se trasladó su expediente académico a Madrid, donde cursó en la Universidad Central la licenciatura de Derecho Civil y Canónico, obteniendo el susodicho titulo en 1891 y finalmente el Doctorado en 1893. A esta carrera hay que sumarle la de Filosofía y Letras. Recibió el título de Doctor el 11 de abril de 1899.

Fue precisamente en esta etapa de estudiante en la Península cuando conoció a quien sería nuestra tatarabuela Lucía, (Lucía Marcelina Sútil Escribano 1871-1940) su primera mujer. Desconozco que haría por aquellas fechas en Madrid "la abuela Lucía" y si vino a la Corte sola o bien con alguno de sus padres, oriundos, como ella, de Castellanos de Villiquera, Salamanca, donde según los certificados de nacimiento se dedicaban a la agricultura. Esto todavía hoy es un enigma.

Sus padres se llamaban Isidoro Sutil Sanjuán y Micaela Escribano Herranz y nacieron hacia 1830 y 1845 respectivamente. Sus abuelos paternos fueron: Pedro Sútil natural de Cambril (Jaén) y Mª Josepha Sanjuan salmantina, nacidos en los primeros años del XIX; y los maternos: José Escribano y Angela Herranz, nacidos hacia 1820 naturales de Vandulciel, Salamanca. Todos ellos labradores de profesión. Desconozco el estatus económico de nuestra familia salmantina y el motivo de su salto a la capital española con la tatarabuela Lucía como protagonista.

Fuera como fuere, Lucía y Luis Octavio se conocieron, se enamoraron y tuvieron una hija a la que adoraban y educaron de la mejor manera posible, intentando no privarla de nada, como correspondía a una niña de su posición social. Esa niña sería nuestra querida abuela Maria Luisa.

Una prueba de ello fue por ejemplo su matriculación en un colegio francés para señoritas, ubicado en no sé que calle de Madrid, donde estudió hasta Bachillerato. Su padre se preocupó siempre de que vivieran desahogadamente, con ciertas comodidades y que la abuela tuviera una educación selecta, algo que en aquella época era impensable no solo para las mujeres, sino para casi todo el resto de los mortales.

De igual modo, el tatarabuelo Octavio compró a su hija como regalo de bodas un inmueble en la calle Arango nº 10, donde vivieron nuestros bisabuelos durante un tiempo con la tatarabuela Lucía. Todo parece apuntar a que la compra de aquella casa del Barrio de Chamberí no fue nada casual; veréis porqué:

La calle de Arango ( desaparecida como tal desde 1964) era o fue el tramo de la actual calle de Juan de Austria comprendido entre las de Eloy Gonzalo y Santa Feliciana y estaba dedicada a D. Andrés de Arango, quien fuera el impulsor del barrio de Chamberí y propietario de numerosos inmuebles de dicho barrio madrileño. Arango era natural de la Habana (Cuba) y fue Coronel de Ingenieros, Ministro del Consejo Real y Senador del Reino. Existe la duda razonable de que Diviñó y Arango siendo cubanos y políticos, por tanto colegas, se conocieran. Tantas casualidades serían demasiadas ¿no creéis?

Aquella compra proporcionó a los bisabuelos Jaime y María Luisa además de un domicilio confortable un desahogo económico porqué, por lo que cuentan los mayores, tenían varios pisos o cuartos alquilados; con lo cual estuvieron varios años viviendo de rentas.

No fue la única casa que el tatarabuelo compraría:

Cuando la familia se trasladó a la calle del Prado, en pleno Barrio de las Letras, el abuelo Octavio regaló otra casa a nuestros bisabuelos. En ella nacerían dos de sus hijos, nuestros tíos-abuelos Antonio y Magdalena.

Años después compraría, según informaciones orales familiares, la casa de la calle Otamendi, que es donde siguen viviendo la tía Magdalena y el tío Félix, aunque hoy es un inmueble totalmente reformado.

Aquella casa antigua con patio, parra y corrales, se demolió y se construyó un bloque de viviendas. Hoy no se parece en absoluto a la original, pero nos quedan las fotos de aquella casa y aquella época.

En esa misma casa humilde nació mi padre, Angel Carbonell Collar, ya que cuando se casaron los abuelos, al terminar la Guerra Civil, tuvieron que vivir allí algún tiempo con la bisabuela Maria Luisa y la tía Magdalena. Corrían los años de la Postguerra , "los años del hambre"; y porque no decirlo también para muchos "los del miedo" . Y así fueron "los cuarenta" para todos en mayor o menor medida.

Pero antes de la odiosa posguerra, los españoles padecimos una cruenta guerra entre hermanos que marcó a todos y arruinó a muchos. Eso mismo parece ser lo que le ocurrió a nuestra familia.

En los años previos a la Guerra civil, nuestros bisabuelos Jaime y Maria Luisa regentaban una chocolatería en la calle Botoneras nº5, un negocio familiar que se fundó con la ayuda inestimable del tatarabuelo, pues los productos que allí se despachaban supuestamente provenían de Cuba (chocolate y café).

El declive económico de los Carbonell había comenzado ya a finales de los años veinte, coincidiendo con el auge del tranvía eléctrico y el metro de Madrid. Como consecuencia del progreso del siglo XX, el transporte urbano de tracción animal toca a su fin, y la empresa familiar de "simones" se debió de arruinar. Finalmente se cerrará el negocio y el bisabuelo Jaime y sus hermanos se quedarán sin trabajo de cochero. No sé si estuvo empleado en otro trabajo después...

Supongo que sería por aquel entonces cuando abrieron la chocolatería; allí se trabajó más o menos hasta que estalló la Guerra Civil puede que el cierre se produjera antes, no lo sé a ciencia cierta.

En cosa de veinte años, nuestra familia pasó de vivir muy bien en una casa lujosa, donde casi diariamente se comía a la carta y de encargo en Viena Capellanes; a no tener casi nada.
La guerra, como a mucho españoles de la época, les dejó prácticamente sin nada. Creo que la tatarabuela Lucía milagrosamente sobrevivió a la guerra civil para morir poco tiempo después, supongo que en Madrid.



NUESTROS ASCENDENTES MÁS CERCANOS

Vamos a centrarnos ahora en una parte muy especial de la familia por su cercanía en el tiempo; que algunos de nosotros, los más mayores, hemos tenido la suerte de conocerlos y amarlos.
A partir de aquí van a aparecer "abuelitos y abuelitas" a quienes a pesar de haber pasado años y años de su muerte física, llevamos en nuestros corazones y no hemos olvidado nunca. Entramos pues en una parte de la genealogía mucho más intimista y a la vez complicada para mi, porque los sentimientos aquí están a flor de piel.

"Ascendentes más cercanos": Con esta expresión me estoy refiriendo a aquellos que fueron vuestros queridos padres, hermanos y abuelos. Para los de mi generación estos serían nuestros bisabuelos-as, abuelos-as, tíosabuelos-as, etc. Naturalmente esta perspectiva parental dependerá de la edad que cada uno tengais; pero, a fin y a la postre, todos estos antepasados son una parte muy importante de nuestra FAMILIA ya que con todos ellos compartimos la misma sangre y hay una mayor cercanía en el tiempo.
Empezaremos con los bisabuelos paternos.

La familia de la abuela Maria Luisa

La abuela Maria Luisa, en realidad nuestra bisabuela, nació en Madrid el 9 de octubre de 1892 en la calle de San Hermenegildo, muy próxima a la gloritea de San Bernardo, en el Distrito de Palacio.

Era hija de D. Luís Octavio Diviñó y Desbordes y de Dª. Lucia Sútil Escribano. Pero ¿Quien era L. Octavio Diviñó?
Pues vereis; la respuesta es bien sencilla: "todo una personalidad de su época" y no es una frase hecha. Nuestro tatarabuelo fue Secretario de Estado de la Republica Cubana entre 1907 y 1909 bajo el controvertido mandato de José Miguel Gómez. Obstentó el cargo de Magistrado del Tribunal Supremo de Cuba durante toda su vida. Fue un reconocido y admirado jurista al que, todavía hoy, se le recuerda con afecto en su patria cubana, además de por sus méritos profesionales, por su gran honestidad, elevado compromiso y amor hacia su querida Cuba, dónde hasta se le puso su nombre a una liga de baseball en los años cuarenta. -¡Cosas de Cuba!

Antes de convertirse en un prohombre de la política cubana ya despuntó desde muy joven, desde sus años de estudiante, en la Habana y después en la antigua Universidad Central de Madrid, como un gran defensor intelectual de la emancipación de la última colonia de ultramar que nos quedaba a los españoles. Famosa en su patria y en los ambientes universitarios madrileños de aquel momento (1893) fue la controvertida tesis doctoral sobre los regímenes coloniales titulada "Contribución al Estudio y Vulgarización del Problema Colonial", que presentó ante el Tribunal académico español y defendió con gran valentía, obteniendo el grado de Doctor. La cosa debió tener una enorme repercusión, al menos en Cuba, porque cuarenta años después "El Diario de la Marina" en un artículo hace una retrospectiva de su vida y carrera política, y se hace referencia a aquel éxito y al valor que demostró Diviñó, nuestro tatarabuelo Luis Octavio. Por otro lado se publicó - que yo sepa - un número monografíco dedicado a él, en una lujosa edición de la revista literaria "El Fígaro". La revista cubana "Bohemia" en su nº 40, publicado el 2 de octubre de 1949 en La Habana, recoge la noticia de su fallecimiento y le dedica un artículo titulado "El ayer que aún vive"cuyo autor fue Rafael Soto Paz.
De igual modo, la prensa española de la época recoge, años más tarde, varias noticias sobre la llegada de la Delegación Cubana a nuestro país con motivo de la celebración del Primer Centenario de la Constitución Española. Entre los dignatarios que arribaron a Cádiz, como no podia ser de otra manera, estaba nuestro tatarabuelo. Todo esto, más una carta escrita de su puño y letra -aunque transcrita para su publicación- lo podemos encontrar en un número de la revista "Mundo Gráfico" (mes de marzo o abril de 1912). Como autor literario publicó varias obras, artículos, prólogos y otras colaboraciones entre 1898 y 1931. a continuación paso a citar las más importantes para que las conozcais:

Laudo del Dr. L.Octavio Diviñó en el arbitraje internacional de los gobiernos de EEUU y de Cuba. Ed: Habana, imprenta "El Siglo XX" de A. Muñiz y hnos. 1930; "Orígenes y remedios de la crisis de la República. " Ed: La Habana, 1931; Pro-Patria. Exposición al Excmo. Sr. D. José Canalejas y Méndez, delegado del Gobierno Español para informar acerca del problema cubano. Ed: New-York, 1898. ; Contribución al estudio y vulgarización del problema colonial. Madrid,1894. Estudio Tipográfico "Sucesores de Rivadeneyda". Madrid. ; Maquiavelo: la vida, las obras; la fama. Ferrara, Orestes. Prólogo de L.Octavio Diviñó y Desbordes. Ed:La Habana, 1928. imprenta "El Siglo XX".

-Recientemente se han publicado en Internet nuevas entradas de viejas obras en las que o bien participó el tatarabuelo Octavio o bien se habla de él en algunas de sus páginas. Aquí las teneis:
Prólogo de Bibliografía cubana de Juan Miguel Dihigo y Mestre. V.V.A.A: Dihigo, Ernesto y López Trigo, Juan Miguel. La Habana, 1964. [digiatalizado por la Universidad de Michigan, EEUU]; Cartas Cruzadas obra de Pablo de la Torrente Brau y Victor Casans, Ed. "Letras cubanas", 1981. En ésta obra y en las siguientes que paso a citar, Luis Octavio aparece en varias de sus páginas dentro de la narración protagonizando anecdotas y episodios de diversa índole:
Carranza Gacía, Araceli. Bibliografía de la Guerra de Independencia, . La Habana, 1976. Ed. Orbe.
En otra obra, Bibliografia Cubana del siglo XIX , en la pág. 10, se hace una especial mención a su valentía en el Discurso, leído y sotenido ante el Tribunal de la Universidad Central de Madrid el dia 14 de Diciembre de 1893, en un momento muy delicado para la metrópoli española.
Cuba y su Historia de Emeterio Santiago Santovenia y Echaide. 1966, Cuba Corps; Entralgo Vallina, Elias La Cubanía de Fray Candil. Ed "El Siglo XX", 1957, pág.41;
También se le menciona en la pág. 73 de Anales de la Academia de la Historia, obra publicada por la propia Academia de la Historia de Cuba, en la Habana, 1931. imprenta"El siglo XX".
De igual modo podeis contemplar la Orla del Doctorado de Derecho del curso 1893, Universidad Central, en un libro de reciente públicación titulado Don Marcelino Menéndez Pelayo en la Real Academia de la Historia, pág.59, obra de Gonzalo Anes y Alvarez de Castrillón.

Hasta aquí el hombre público, el político, el autor literario; ahora pasaremos a hablar de su otra dimensión, la humana y familar.

¿Que os ha parecido mi blog genealógico?